Ornella Ridone Hilo Rojo 3047

por Ana Quiroz

Cada genealogía personal es el árbol individual tangible e intangible de nuestro origen. Las relaciones entre la experiencia, la memoria y los recuerdos conforman las amorfas capas que construyen las historias personales. En los lazos de sangre están los vínculos más profundos y universales, todo aquello que nos antecede, y que al rememorarlo moramos.

Ornella Ridone ha bordado una red de su propia memoria y experiencia, un atlas genealógico y psíquico vinculado a muchas generaciones de mujeres en su familia. Sobre los vestidos de amigas y de familiares bordó mapas vivenciales de formas y figuras que fluyen sin gravedad, ni horizonte preciso. En una lluvia de prendas blancas aparecen cientos de dibujos cosidos en hilo rojo, un vasto imaginario donde la artista reinventa situaciones de cualquier época: lugares esfumados, flores, cuerpos, fragmentos de cuerpo, entes orgánicos, paisajes que nos acercan y nos alejan: un cosmos de delicadas figuras encarnadas.

No hay vestigios de ningún grupo humano, donde el textil y la costura no aparezcan como una base de la subsistencia de la vida. Coser y bordar han sido labores primigenias del ser. En su proceso minucioso y paciente, el bordado trama una vida meditativa y de contemplación, guarda siempre el tiempo, los recuerdos y los enlaces de la vida. El bordado tiene una esencia que impide pensar en la imagen fugaz.

Ornella ha bordado una sismografía íntima en la superficie blanca de las prendas perforadas con hilo carmesí. En oposición a la fugacidad e inmediatez de las imágenes hoy en día, estas ropas bordadas con suma perfección reflejan un sentido meticuloso, paciente y nostálgico que mezcla distintas sensaciones. La artista ha estimulado una exploración de recuerdos conscientes e inconscientes, con un espíritu intuitivo construye el engranaje de cada dibujo en hilo rojo, cada pequeño escenario como un detonador de cualquier tipo de asociación de la memoria. Hilo Rojo 3047 está marcado y definido por una combinación cromática dramática y significativa: el blanco de las prendas femeninas, prístino o corroído, asociado siempre a la pureza de la mujer como la virtud máxima e imprescindible, y el rojo, del hilo 3047, en las formas y figuras que fluyen como la sangre, la circulación de la vida, la pérdida de la virginidad y la muerte.

Por otra parte en las acciones y los registros fotográficos realizados con los vestidos en distintos entornos, la artista propone diferentes narraciones, nuevas vidas en otros contextos con un significado más preciso para cada pieza. El performance realizado durante la inauguración en el Museo Textil de Oaxaca, establece una relación multisensorial entre los espectadores, los actores y las obras. Al ser otra vez utilizados, estos atavíos se vinculan temporalmente a una nueva historia y experiencia. Dentro de una atmósfera de transformación, de flujos y cambios estos procesos completan un ciclo sensible y aportan un carácter ritual a la obra.

En una danza fantasmagórica de prendas níveas, una bitácora de historias bordadas en el tiempo y en el espacio, Ornella construye nuevas relaciones de hilo y de sangre en un insólito universo.