Remedio infalible contra la exclusión familiar

Ornella Ridone, 2015

Aceptar y honrar a nuestros antepasados para ocupar el lugar
que nos corresponde en la vida…
Bert Hellinger


Bordo prendas para convertirlas en un libro, lleno de dibujos, que ilustran las relaciones entrecruzadas entre mi vida y la de mis an- cestros con su destino, mismo que llega a tocarme profundamente puesto que todos somos parte del conjunto mayor ordenado y estructurado que es nuestro sistema familiar común. 

Gracias al hilo y la aguja trazo el camino de acceso del alma familiar y entro en contacto con contenidos antiguos escondi- dos en el inconsciente generacional, que expreso a través de las imágenes bordadas con el hilo no 3047 de la marca Coats que da el nombre a la exposición. Esa específica tonalidad de rojo me re- mite a la sangre que fluye de una generación a otra y como un rio inacabable lleva la vida del sistema familiar siempre para adelante, como un singular organismo multiforme que se desarrolla ince- sante en el espacio/tiempo.

Son en total casi sesenta las piezas reunidas en la instala- ción serpenteante de vestidos bordados y suspendidos a diferentes alturas desde el techo, que al tener un solo punto de apoyo se mecen a la menor vibración del entorno. Quedan entonces dialo- gando entre sí por un corto tiempo para luego darse media vuelta y gentilmente entretenerse con otros o quedarse mirando un punto lejano del futuro o del pasado, sabiéndose protegidos entre consanguíneos, compañeros del viaje trans-generacional. Espa- cialmente quise sugerir una línea temporal: desde las prendas más antiguas, pertenecidas a bisabuelas y tatarabuelas, hasta las más recientes de hijas y nietas, para culminar en una prenda/semilla proyectada hacia el futuro impregnada con toda la potencialidad de las generaciones a venir.

Para anclar ulteriormente el tiempo genealógico al espacio actual de la instalación me propuse darle vida a los vestidos, gra- cias a un performance que se desarrolló la tarde de la inaugura- ción de la exposción. El objetivo del performance fue manifestar y al mismo tiempo sanar la exclusión consciente o inconsciente que se genera en cualquier sistema familiar al dejar caer en el olvido algún pariente incomodo, ya sea por su actitud o destino. Traté de propiciar vivencias interiores que produjeran una resonancia, hasta en los espectadores, para habilitar un posible proceso de sanación, como antídoto a la marginación que sufrieron muchos de nuestros antepasados y que se sigue reflejando en nosotros y en los posteriores. Para lograrlo hay que mirar nuevamente a las personas e incluirlas en nuestro corazón y así ocurrió a lo largo del performance de una hora con acciones diferentes que se llevaron a cabo simultáneamente en el patio, en las escaleras, en la sala de ex- hibición. Presencias fantasmales pero concretas se iban deslizando entre los espectadores con total indiferencia a nuestro plano temporal, al estar todas ellas ensimismadas en una red propia de relaciones afectivas y emocionales. Se miraban intensamente o se escondían, se buscaban y se abrazaban, se contemplaban al espejo, caminaban a tientas o danzaban revoloteando en silencio hasta
el brotar paulatino de un canto. Los presentes escuchamos unas tenues vocalizaciones que se fueron haciendo más sonoras ante el enmudecer de los espectadores. Únicamente el clic de las cámaras rompía por fracciones de segundo la atmosfera de misterio que se había creado en la sala: cinco mujeres y dos hombres, todos con prendas femeninas para aludir al alma y remarcar la irrelevancia del género, ante el misterio absoluto de la vida que se manifestaba ante nuestros ojos.

Ninguna acción se había planeado… El acto performatico fue llevado a cabo por dos consteladoras familiares, tres medita- doras Vipassana, un creador teatral y un amigo que a lo largo de algunas sesiones previas experimentaron el dejarse fluir con las sensaciones que les generaba el pertenecer a mi sistema familiar al llevar puestas las prendas bordadas de HILO ROJO 3047. Solo les había entregado unos cuantos objetos —un peine, un lápiz labial, un velo, un espejo— con la finalidad de propiciar alguna interacción intima entre ellos.

El resultado superó toda expectativa: cada uno experimen- tó vivencias interiores muy emotivas y profundas. Se creó una gran comunión entre los performanceros y los efectos llegaron indirectamente a todo el público como una piedra tirada al agua cuyas vibraciones sanadoras se expanden y van reduciendo a su paso la exclusión existente en otros sistemas familiares. Al salir de la exposición fueron muchas las personas que compartieron el sentirse más conectadas y ligeras de cuando habían entrado…

 

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