La Novia Niña

Ana Quiroz, Exposición Kunsthaus-Santa Fe, San Miguel A.

“Del amor se puede decir todo y no se sabe que decir.”
Jean Baudrillard

El amor, la seducción, la liberación del deseo y del sexo han modificado drásticamente las conductas y la moral de las sociedades en los últimos dos siglos. “La novia niña” es una escenografía que parece narrar cual bitácora, pasajes de la vida re-construidos con metales y prendas femeninas intervenidas con un sinnúmero de figuras, clavos o letras. Hay una sensación extraña, al mismo tiempo íntima y ajena, desgarrante y meticulosa. Una constante visión femenina que rasga profundo en las regiones del deber ser de la mujer. Sin buscar respuestas Ornella Ridone cuestiona el amor de pareja, la institución del matrimonio y la repetición de los comportamientos humanos.

Cada cuadro semeja un esquema, una especie de ajuar prendido del mundo de las ilusiones y las desilusiones. El blanco, aunque viejo y corroído, es la ineludible afirmación de la virgen que deja de ser virgen, sea niña, medio niña o pocas veces adulta. Los objetos ensamblados remiten constantemente al cuerpo, combinando en el fondo un metal frío con el orden exquisito de las geometrías de la ropa. A través de las rayas punteadas de los patrones, las líneas parecen ordenar las cosas y construir belleza. Cosidas con mucha paciencia hay imágenes biográficas de la artista, o pequeñas ilustraciones que pertenecen a la memoria mediática común de la mujer actual. Los clavos y otros metales, utilizados anteriormente en su obra, penetran las prendas cual dagas que con el tiempo todo deterioran y todo cambian. La sangre chorrea, ahora coloreada en óxidos, dando una sensación a ritual.

Resulta frágil, melancólico y dolido: las sutiles costuras, los estambres e hilos que hilvanan símbolos como historias, la cera y la caligrafía que tiemblan ante la experiencia de existir. El tiempo marca rápidamente el paso. El juego va deshaciendo el deseo. Surgen las desazones del alma y del corazón, los fracasos y las caídas de las grandes utopías. Ante la ilusión desaparecida se presenta una realidad desgarrada. Quedan cual testigo estos fetiches engendrados de anhelos, estos sudarios de cuestionamientos sobre el amor dual.

 

Ornella Ridone Instalaciones 021

 

Ornella Ridone Instalaciones 022

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